Permíteme que me presente. Soy Tanque, Perro Pastor de los Pirineos, a mucha honra.
En el momento de escribir esto (si, soy un perro muy aplicado) tengo 3,5 años, peso 14,2kg, pelo negro con una mancha blanca en el pecho y otra en la barbilla que me da un aire de entre intelectual y sabio. Para no tener un aspecto del todo formal, me he dejado rastas en el culete que me dan un aire muy cool.
Nací en Francia, en el Pirineo. Allí pasé casi 3 meses de mi vida, junto a mi hermano marrón, el cual, pobrecito, tenía algún problema de movilidad. Mi padre era extremadamente tímido y creo que he heredado algo de eso.
El 13 de abril de 2017 vino a buscarme Carlos junto con su familia y unos amigos. La verdad es que no entendía mucho lo que pasaba, pero rápidamente me acostumbré a ellos.
Ellos nunca habían vivido con un perro y no entendían ni “J” de todo lo que les decía, aunque he de decir la verdad, ponían toda su voluntad, pero sin acierto
Había cierto nerviosismo en casa, no entendía mucho. Yo también puse todo de mi parte.
Algunos días me llevaban con un señor que decía saber de perros y entendía todavía menos lo que yo quería decir y necesitaba.
La señora que vive en casa (no desvelaré su nombre porque soy muy mirado para estas cosas) al principio no me quería mucho, pero me puse un poco zalamero y conseguí darle la vuelta. Carlos, sus hijos (de los que hablaré más adelante) y yo nos habíamos ido de avanzadilla por la montaña, ella llegaría más tarde. Cuando nos alcanzó empecé a dar vueltas alrededor de ella, loco de alegría. Eso ablandó su corazón. Ahora no interactuamos mucho pero nos queremos.
Carlos y Jorge son mis hermanos humanos, son muy distintos entre ellos. Carlos juega conmigo, o lo intenta porque si está Carlos Padre la verdad es que no le hago mucho caso, y Jorge no intenta jugar conmigo, pero sé que me quiere con locura. Voy a ser sincero, a veces tengo celos de cuando Carlos Padre juega con ellos, me pongo por en medio para que me haga caso. Pero eso sí, todos los días tenemos un ratito de caricias y juegos.
Y en esto que me llegó la madurez sexual y saqué un poco de genio con otros perros. Esto tuvo un lado malo, evidentemente discutir no es del agrado de nadie, pero dejé de ver a ese señor que decía que me tenían que dar “toques” para que no protestase. Menos mal que Carlos vio que ese no era el camino.
Cuando tenía un año conocí a Mr. Hueso, el si que me entendía y empezó a hacer de traductor con mi nueva familia. Menos el nombre cambiaron todo 😊 Material de paseo, horarios, paseos, alimentación, cuidados…
La alimentación ha sido un dolor de muelas. Me daban un pienso que no me gustaba y no me sentaba bien. De hecho, ni me lo comía, pero claro a veces no quedaba más remedio…
Afortunadamente Mr. Hueso vio que mis heces no eran como debían ser y consiguió que me empezaran a dar dieta BARF, eso si que está bueno! No me he dejado ni una migaja desde entonces, y he ganado el peso que me hacía falta sin llegar a estar gordo. Sigo estando tan ágil como siempre.
También tengo un desarreglo hormonal que creo que afecta a mi carácter, están en ello y estoy tranquilo porque se que encontrarán la solución.
La ciudad no es lo que más me gusta del mundo, está lleno de ruidos extraños, de coches y gente. Soy más de la montaña, como buen perro Pastor de los Pirineos, allí disfruto muchísimo, tanto en invierno como en verano.
En invierno, con la nieve recién caída, se me llena el pelo de unas bolas de hielo gigantes, que incluso llegan a hacer daño, pero el buen rato que he pasado no me lo quita nadie. El frío es genial, con mi pelo estoy super a gusto. La madre de Carlos, la abuela, (que siempre me da cosas ricas cuando la veo) quiere ponerme un abrigo para que no tenga frío!
El invierno está bien, pero oscurece muy pronto, en primavera tengo más tiempo para disfrutar de las montañas.
El verano es una gozada, aprovecho todo el día, solemos hacer un día de excursión larga y un día de descanso. Antes me llevaban a todas las actividades que hacían, pero no me divertían. Mr Hueso se lo hizo ver, y ahora, aunque pongo cara de tristón, cuando se van me quedo descansando en el sofá hasta que llegan. Me chifla el verano, siempre vamos a un río a un ibón. Soy el que más se baña con diferencia.
En estas excursiones suele venir más gente, me gusta que vengan, pero no que me den la brasa. Como buen perro pastor los cuido voy y vuelvo, pero llega un momento en el que me canso y me voy con los que van delante. Hasta la fecha no se me ha perdido nadie.
Tengo el honor de ser el culpable de un artículo de Mr. Hueso que buscaba dar respuesta a la pregunta de Carlos cuando le consultó ¿tu crees que mi perro es feliz?. Mr. Hueso le dijo dame unos días para poder responderte y se inventó este Test de la felicidad que te animo a invitar a tu familia a realizar: https://mrhueso.com/test-mi-perro-es-feliz-mr-hueso/ Lo cual me hace sentir muy feliz ya que siempre formaré parte de su vida y, aunque sea en parte, de la vida de cientos de perros que pasan por sus manos para ser más felices.
También soy miembro fundador de La Manada del Hocico de Mr. Hueso, un grupo de personas y perros que nos reunimos todas las semanas.
Allí he conocido muy buenos amigos, como Sira, Ares, Uma, Pipa, Dos, Koldo (que ya no vienen pero confío en que vuelvan) pero sigo con Homer, me gustaría llegar a tomarme la vida como él algún día aunque hoy por hoy no puedo), Arty el “Rubio” un artista de la pista, con muy poco dice mucho y todos lo entendemos, Aslan que me vuelve un poco loco pero que ya hemos conseguido compartir muy buenos paseos, Soul sé que a Carlos le chifla su paseo y suavidad , Salsa creo que es la que mejor me conoce y Peca que me vuelve loco y que tiene una paciencia infinita.
Afortunadamente todos los humanos que viene son excepcionales y tienen una gran paciencia conmigo. Se que eso Carlos lo valora muchísimo. A la manada también viene Sandra (que tiene la manía de darme chuches para tocarme la cabecita, pero que en el fondo me gusta), Andrea que sabe pasearme muy bien y Nuria que me encanta su forma de reír.
Y en estas estamos, aprendiendo a vivir, intentando mejorar cada día (os aseguro que pongo todo de mi parte) e intentando llegar a ser feliz junto a mi inseparable Carlos y familia.