Comenzar un nuevo proyecto profesional está lleno de retos e ilusiones, debes tomar muchas decisiones que irán creando tu marca, tu imagen, tus servicios…
El nombre te acompañará, servirá como breve presentación allí donde aparezca escrito o alguien lo nombre, por lo tanto es una de las decisiones más complicadas de tomar.
Considero un acto de transparencia explicarte las razones por las que he elegido el nombre de Mr. Hueso para este proyecto.
Soy una persona que durante muchos años de mi vida fui muy tímido, prefería pasar desapercibido, observar desde la distancia y evitar el protagonismo en los grupos sociales, me sentía más cómodo estando en segunda fila.
Durante la infancia mi apellido me posicionaba en ocasiones en esa primera fila que trataba de evitar, mi nombre es Raúl Hueso y durante mi etapa de educación primaria tener ese apellido conllevaba ser el «Huesitos» en referencia a las famosas barritas de galleta y chocolate, que me encantaban pero trataba de evitar llevarlas como almuerzo porque entonces ya pasaba al siguiente chascarrillo «el Huesito se está comiendo a uno de su familia»
Chiquilladas sin duda, sin más intención que la de hacer una gracia o chiste, que en ocasiones sentaban mejor y otras peor, pero similares a las que tenía que vivir todo aquel que con su apellido podía hacerse algún juego de palabras.
Así que durante años mi apellido no era para mí, desde mi infantil visión, algo que me representara, llegando incluso a considerarlo como un lastre.
Pero ahora, tantos años después, con 40 años a mis espaldas estoy muy orgulloso de apellidarme Hueso.
En los últimos años he realizado un viaje íntimo hacia mi yo y no puede uno conocerse a sí mismo sin conocer a quienes le precedieron, a aquellos Hueso que de una u otra forma, por genética y por aprendizaje, influyeron en quién soy y cómo quiero ser.
Puedo estar muy orgulloso de llevar el apellido de alguien que en la Guerra Civil Española se jugó ser fusilado, por ayudar a las personas a las que custodiaba dándoles tabaco, comida y protección, en su cargo de carcelero en el municipio de Caspe.
Esos mismos presos fueron los que a la toma de Caspe por el bando republicano impidieron que mi abuelo, Manuel Hueso, fuese fusilado, declarando a favor de su libertad por haber sido tan buena persona con ellos, ayudándoles a tener una vida digna dentro de su cautiverio por cuestiones políticas.
Actualización de junio de 2023:
Gracias a este artículo que estás leyendo, publicado en 2017, familiares de presos en cárceles dirigidas por Manuel Joaquín Hueso Argente se pusieron en contacto con nosotros y ayudaron a completar la historia que se relata en el libro El carcelero, del escritor Javier Benito.
Te lo contamos a través de un vídeo que puedes ver aquí.
También puedo estar muy orgulloso de compartir apellido con mi padre, también llamado Manuel Hueso, una persona que desde muy pequeño quedó huérfano y su inteligencia y constante esfuerzo le permitieron desarrollarse personal y profesionalmente, aprender una profesión, la de pintor «de brocha gorda» y no dejar de luchar siempre por ayudar a toda su familia y a muchas otras personas, inculcando en sus hijos e hijas el valor del esfuerzo pero sobre todo el valor de ser buenas personas y de ayudar a otros, por la recompensa de hacerlo más que por recibir algo a cambio.
Mi padre es posiblemente la persona que más me ha enseñado sobre animales
No por conocimientos teóricos sino a través de la observación, ver cómo se ha relacionado siempre con todos aquellos animales con los que coincidía, siempre consiguiendo que se le acercaran, que quisieran interactuar con él, calmándolos y relajándolos si estaban nerviosos, curándolos si estaban heridos o tenían garrapatas, alimentándolos y llorando por su muerte cuando esta les llegaba.
Para mí es un orgullo explicar esto a quienes me preguntan por mi currículum, ya sean clientes o personalidades referentes en el ámbito del comportamiento animal como por ejemplo Turid Rugaas. Sin lo aprendido gracias a observar a mi padre relacionándose con animales posiblemente nunca hubiese podido llegar a entender tanto como una persona que desee trabajar en el ámbito animal debe entenderlos y respetarlos para ser un buen profesional.
Como ejemplo podéis leer una de nuestras PerroAventuras: Rosa, la mastina que me salvó
Pero no sería justo olvidarme de muchas otras personas que han hecho que yo sea quien soy, tanto cuando estaban como cuando dejaron de estar aquí para continuar en mi corazón y en mi memoria. Personas en las que pienso cómo actuarían en la misma situación para decidir cómo debo actuar yo.
Mujeres como mi tía Anita, de la que siempre recordaré su cariño por la naturaleza y los animales, en concreto los gatos, con los que tan bien se llevaba. Siempre estarás a mi lado recordándome que con cariño y una sonrisa se puede cambiar el mundo.
Hombres como mis tíos Miguel y Joaquín que me enseñaron que para lo bueno y para lo malo la familia es importante, un apoyo, una fuente de conocimientos y sabiduría. De ellos cogí alguna buena costumbre, como la de apreciar los objetos antiguos e interesarme por la historia y raíces de las cosas y las personas, o la de llevar siempre una castaña, una nuez o unas almendras en los bolsillos.
Cada animal, también las personas, somos como somos debido a dos factores, la genética y el ambiente, es decir, la carga genética heredada que nos aporta determinadas características físicas y emocionales, y el ambiente que es todo aquello que nos rodea desde la fecundación, mucho antes de que nazcamos, y que influye en nuestros aprendizajes, experiencias vividas, sensaciones y personalidad.
Yo me considero una persona con suerte
A mis 40 años me he reconstruido en varias ocasiones, me he reinventado, he tenido muchas profesiones, pero es ahora cuando me siento bien desarrollando ya no solo un trabajo sino un modo de vida, disfruto de cada persona y cada animal que ayudo, soy capaz de ser feliz con mi trabajo y por lo tanto transmitir lo mejor de mí para mis clientes y para la sociedad en general.
Así que por eso he elegido «Mr. Hueso» como nombre para mi marca profesional
Porque mis conocimientos me permiten comprender las circunstancias, las de las personas y las de los animales, atendiendo sus emociones y necesidades, porque mi experiencia me facilita resolver las dificultades que puedan surgir, porque quiero ayudar desde la profesionalidad que se merecen todos los animales, para que aprendamos a convivir los humanos con el resto.
Y cada caso, cada persona o familia a la que atiendo, cada animal que conozco, cada comunidad a la que ayudo, cada formación que imparto, me hacen crecer personal y profesionalmente, que Mr. Hueso sea una herramienta que aporte soluciones para todas las necesidades.
Habrá quienes opinen que puede resultar pedante o prepotente llamarse «Mr. Hueso», hasta yo lo pensé y dudé entre varios nombres, pero llegué a la conclusión que mi apellido debía formar parte de mi marca, no solamente por el juego de palabras entre Hueso y los perros, que mucha gente me ha preguntado durante años si realmente me llamaba así o era un nombre comercial, sino también por lo que arrastra, por lo que implica para mí conseguir ser otro Hueso que ayude a mejorar la sociedad, aunque con ello arriesgue en ocasiones el beneficio o la imagen personal.
«Mr. Hueso» representa tesón, experiencia, profesionalidad, valores personales, calidad, conocimientos, sinceridad, honestidad, beneficio para la sociedad, bienestar y felicidad.
Mr. Hueso nace para ayudar, para ayudarte y ayudarles, para avanzar juntos hacia una sociedad en la que nos relacionemos mejor, entre las personas y entre las personas y los animales con los que convivimos.
Gracias por interesarte en conocer mi proyecto, mis raíces y mis objetivos.
Raul. Me gustaria ponerme en contacto contigo. Mi abuelo, republicano, estuvo en la cárcel de Caspe y me habló muy bien de Don Manuel. No es de extrañar que estes orgulloso de llamarte Hueso.
Hola Anna, qué interesante!!
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