PerroAventurasTeo es el protagonista el mes de agosto en el Calendario Mr. Hueso 2025

Teo: Las aventuras de un Shiba Inu curioso y feliz

Hola, soy Teo. Vivo con mi humano, quien ya ha aprendido bien que soy un perro especial. No soy de los que piden jugar a todas horas ni de los que te siguen por la casa sin parar. Para mí, el respeto y el espacio propio son claves para buena convivencia. Soy un Shiba Inu, y como tal, me gusta tener mis tiempos, mis momentos, y que los demás los respeten.

 

Teo tumbado mirando a cámara

 

En casa soy el perro más tranquilo que puedas imaginar. Algunos dicen que parezco un gato por mis costumbres, y la verdad, no les falta razón. Si estoy descansando, no hay nada que me saque de mi paz, excepto la hora del paseo, claro.

Teo tumbado en una alfombra

 

Ahí sí que me emociono, porque salir a la calle es como abrir las puertas a un mundo nuevo cada día. Hay tanto por olfatear y explorar que no puedo perderme ni un solo detalle. Me encanta caminar sobre el césped, y si está mojadito, ¡mejor aún! Aunque debo admitir que el agua no es para mí. Jamás me metería en una piscina o en un río; no entiendo a esos perros que se lanzan al agua como si fuera lo mejor del mundo. Yo prefiero no arruinar mi peinado…

Teo en un campito de hierba verde

 

Cuando estamos de excursión, me encanta correr entre los frutales y, de vez en cuando, encontrar alguna manzana en el suelo para usarla de pelota. No es que tenga intención de comérmela, pero me divierte lanzarla un poco y jugar con ella, como si fuera un pequeño tesoro, antes de seguir con mis olfateo. Además, me deja los labios dulces 😋

Mis paseos son muy cómodos gracias al arnés y correa que Mr. Hueso le proporcionó a mi humano, así da gusto pasear.

 

Eso sí, tengo que confesar que soy un poco despistado. Con tantas cosas llamando mi atención, a veces me tropiezo con alguna señal de tráfico o alguna puerta de cristal. No se puede estar en todo, y mi curiosidad a veces me juega malas pasadas…

Tampoco soy de pedir cosas directamente, pero sé muy bien cómo conseguir lo que quiero. Me basta con poner una carita triste o lloriquear un poco. Mi humano ya conoce mis trucos y casi nunca cae, pero con otros humanos, suelo tener más suerte. Un poco de encanto shiba, y no tarda en llegar un trocito de jamón o unas caricias en la espalda.

 

 

Soy parte de La Manada del Hocico, donde tengo un grupo de amigos con los que me veo todos los jueves. En general, me llevo bien con todos, aunque tengo mis preferencias.

Me encanta vacilar a Sharky y ser un pesado con Peca, aprovechando que se deja. A Cuca, en cambio, me gusta echarle broncas para recordarle quién llegó primero. Eso sí, tengo que confesar que hay un miembro con el que no me llevo tan bien: Tanque. No sé qué fue lo que no nos cuadró desde el principio, pero nos miramos con cierto mal rollo. Los dos nos respetamos, claro, pero preferimos no cruzarnos demasiado. Con los grandullones como Homer y Arty, prefiero mantener un poco la distancia porque son tan grandes que a veces ¡se me llevan por delante!

La manada del hocico, foto de grupo  de abril 2024 con Teo y muchos de sus amigos

 

Y hablando de perros en general, tengo un criterio bastante claro. No me gustan aquellos que se acercan demasiado rápido y sin modales, ni los desconocidos que vienen con la correa tensa. A esos no dudo en dejarles claro con un buen ladrido que necesito mi espacio. Soy sociable, sí, pero la educación es lo primero.

También tengo mis momentos especiales en casa. Cuando mi humano se va a dormir, yo me acerco y me tumbo a su lado en la cama por un rato. Es una forma de hacerle compañía y de compartir el final del día juntos. Pero no te confundas: no es que me quede ahí toda la noche. Al cabo de un rato, me voy a mi rincón favorito. Y cuando llega la mañana, no esperes que me levante para darte los buenos días si estoy dormido; ese es un tiempo extra sagrado.

 

A veces, mientras paseo o mientras descanso a la sombra de un árbol, pienso en lo que significa ser feliz. Para mí, la felicidad no es complicada. Es tener el espacio para ser yo mismo y la libertad de explorar el mundo a mi ritmo. Es sentirme comprendido y respetado por mi humano, que ya sabe que soy independiente, curioso y un poco cabezón. Y, sobre todo, es compartir esos momentos de compañía en los que no necesitamos hablar, solo estar.

Teo en un paseo por el parque

 

Sé que soy afortunado. Mi humano me comprende, mi familia me quiere, y hasta mi abuela –que al principio no quería un perro en casa– ahora no puede vivir sin mí. Tengo un hogar seguro, amigos con quienes disfrutar en manada, y un mundo entero que explorar a través de mi nariz. Así que aquí estoy, simplemente siendo Teo.

 

Como participamos en el «Concurso del año Mr. Hueso 2024» y mi foto fue seleccionada para salir en el Calendario Mr. Hueso 2025, soy el prota del mes de agosto, y Victor ya realizó en su día la formación Paseos Felices para ayudarme, estaré dándolo todo en el paseo de agosto de Zaragoza.

Yo que tu me apuntaba y también al de Teruel de ese mes, que mola mil que Mr. Hueso también se acuerde de otros lugares de Aragón, aunque a veces se ponga triste porque no se apunte mucha gente.

 

Teo es el protagonista el mes de agosto en el Calendario Mr. Hueso 2025

 

 

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