¡Hola humanos! Me llamo Zog, y soy un pastor vasco, casi un cachorro aún.
El nombre me lo puso mi humana pequeña, Abril, que tiene casi 8 años y a la que le encanta leer. Sacó el nombre de un cuento, que le gusta mucho, sobre un dragón que vuela muy bien, pero aterriza regular… a mí me pasa algo parecido. Cuando juego con ella, corro que me las pelo, pero frenar… ¡más de una puerta me he comido!
El nombre me gusta y suena bien: ¡ZOG!, pero los humanos que no me conocen se suelen liar y me llaman de todo, que si Zoo, que si Dog. En fin, para ser una especie tan inteligente, ni oído, ni olfato.
Nací en Segovia con 4 hermanos más, igual de guapos que yo, pero ellos son mucho más grandes, el doble o más, pesan 25 kg los tíos. Entre eso y que no me gusta el agua, mis humanos dicen que de vasco tengo poco. Lo de quedarme pequeño, no saben que lo hice por ellos, que tampoco es que tengan unas dimensiones…
Si llego a ser como mis hermanos, en los paseos familiares, solo se me iba a ver a mí. Además para vivir en un piso, mejor no ser muy grande, que si no te chocas con las miles de cosas que tienen los humanos por casa. Y si ya se quejan a veces porque he roto cosillas, he roído alguna mesa y algún rodapié… si llego a ser más grande…
Pero eso era antes, que era muy cachorro y vivía a lo loco: mordía muebles y ropa, meaba en casa, me peleaba con la fregona que la sacaban a todas horas… Me lo pasaba pipa, pero ya he madurado: meo siempre en la calle, solo muerdo mis juguetes (tengo muchos y los destrozo) y busco cosas que me esconden todo el rato.
A parte de con Abril, vivo con dos humanos más, algo más mayores, aunque también les gusta jugar conmigo: Roberto, es al que he entrenado para jugar a todas horas y para llevarme de paseo, y Julia, a la que tengo engatusada para que me dé mimos y comida en cuanto se lo pido.
El resto de humanos me interesan más bien poco, no les pillo el punto, y paso de ellos. Eso sí, perro que veo en la calle, perro que voy a saludar. Y me da igual que me gruñan, ladren o que sus humanos les lleven pegados y no les dejen saludarme, yo voy, y si luego veo que no están receptivos, me piro.
A saludar perretes me enseñó Mr. Hueso con su perra Peca, que me conocen desde que llegue a Zaragoza con dos meses. Antes de mi llegada, ya habían estado dando consejos a mis humanos (que no habían convivido nada más que con gatos) para que adaptasen su hogar y sus rutinas, y entendieran la que se le venía encima conmigo, jeje.
Les ayudó también a enseñarme a mear y defecar en la calle, a dar paseos chulos, a usar correas largas que me dejan a mi aire, a hacer juegos de olfateo… Además, tiene una pandilla con la que voy todos los jueves de paseo, somos «La manada del hocico», todos son perros más mayores que me enseñan a socializar y me tratan bien.
Y esta es mi vida. No me puedo quejar: me quieren, me cuidan, me dan de comer, juegan conmigo y me dejan dormir con ellos… No se puede pedir más.
Como participamos en el «Concurso del año Mr. Hueso 2024» y mi foto fue seleccionada para salir en el Calendario Mr. Hueso 2025, soy el prota del mes de abril, y como mi familia ya ha hecho la parte teórica Paseos Felices, estaré en el paseo de Zaragoza de ese mes disfrutando gratis (ya he ido a varios y molan mucho).
Ese mes también irán a Guipúzcoa, espero que los perros y personas de allí se apunten para aprender tanto como yo
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