Me llamo Ensо̃ (mira que chulo soy que mi o se escribe con una virgulilla), tengo 5 años y medio, nací en Toledo un 5 de mayo y cuando tenía tres meses vinieron a buscarme mis compañeras humanas: Marta y María José.
Los primeros meses de nuestra vida juntos los pasamos en Madrid, una ciudad muy grande que me encanta porque desde mi ventana puedo vigilar a todo el barrio, pero al poco tiempo me trajeron a Zaragoza.
Al principio no me gustaba nada, yo era todavía muy pequeño y me aterraba salir a la calle porque había mucho ruido… Cuando María José me sacaba (siempre a trancas y barrancas) yo clavaba mis pies en el suelo y no quería caminar, ella se desesperaba y casi me llevaba a rastras por la calle; se lo he perdonado porque sé que no entendía que yo estaba asustado por los ruidos.
Con Marta todo era más divertido porque a ella le encanta jugar conmigo, cuando nos quedamos solos esconde por la casa pequeños tesoros que yo tengo que encontrar, me lo paso genial y además me llevo algún que otro premio.
Poco a poco María José fue entendiendo que lo de sacarme casi a rastras no terminaba de funcionar, se fue dando cuenta de que había algunas calles por las que no me gustaba pasear, un día se le ocurrió llevarme por un camino lleno de pinos al lado de un río (en realidad creo que es un canal), me puse súper contento corriendo de un lado para otro y saludando a todos los seres vivos que encontraba a mi paso.
MJ, a la que yo llamo cariñosamente “la jefa” porque es un poco seria y le gusta mucho mandar… decidió que me iba a llevar todos los días por caminos en los que yo pudiera correr y disfrutar sin correa… a partir de ese día empecé a disfrutar como un enano de correr suelto por campos, caminos y pinares pero cada día me gustaba menos ir con correa, me sentía incómodo, ladraba a los perros que me encontraba e incluso a veces también ladraba a algunas personas.
Así, entre paseos y juegos fue pasando mi infancia… Justo antes de cumplir mi primera año de vida, un día, muy temprano, me llevaron al veterinario, me pusieron una inyección y me quedé dormido dentro de una jaula… cuando me desperté noté que me habían hecho algo raro, no me encontraba bien y me notaba diferente… al poco rato vinieron a buscarme y me llevaron a casa, me pusieron un pijama azul horroroso y me dijeron que era para que no me lamiese los puntos… me habían castrado!!!!!.
Pasé una mala temporada: cuando salía a la calle ladraba a todos los perros y si alguno me contestaba me venía arriba y me ponía furioso, esto me pasaba sobre todo con los perros que tienen la cabeza muy grande y también con los que llevan puestas cosas raras (collares Isabelinos o bozales…), pero todo ese carácter de perro “chungo” desaparecía en cuanto me quitaban la correa, como si fuese magia me transformaba en el perro simpático, alegre y dicharachero que llevo dentro.
En esa época conocimos a Mr. Hueso; el primer día que fuimos a verlo nos recomendó una correa larga y un arnés Haqihana. Aquí voy a hacer un inciso, ya que no os había contado que odio que me pongan cosas en el cuerpo y eso incluye los arneses. Mis compañeras humanas habían probado con un montón de modelos y marcas de arneses pero yo, que soy un poco cabezota, me negaba a caminar con ellos puestos.
La correa de Mr. Hueso me pareció súper molona desde el primer momento, me daba libertad para olisquear y explorar; descubrí que pasear por las calles de la ciudad no está tan mal ya que con mi nueva correa puedo llegar a todos los rincones, incluso alcanzar los restos de comida que la gente me deja por la calle para que me los zampe cuando paso…
La adaptación al arnés no fue tan fácil porque, como soy un cabezota, si me lo ponen en casa clavo mis pies en el suelo y me niego a caminar, para resolverlo hemos negociado una solución: salimos de casa sin arnés y cuando ya estamos en la calle me lo pongo sin protestar. Ahora que “la jefa” no nos oye tengo que confesaros que el arnés me gusta porque casi no noto que lo llevo, pero soy un poco terco y no me gusta dar mi brazo a torcer.
Siempre que podemos nos apuntamos a los “Paseos Felices” que organiza Mr. Hueso, donde «la jefa» aprendió a mejorar nuestros paseos y en los que conozco a colegas muy majetes con los que mejoro mis habilidades sociales.
Han pasado ya tres años desde que utilizamos el material de paseo de Mr. Hueso y aunque lo que más me gusta sigue siendo hacer excursiones y correr en libertad por montañas, playas o caminos, hemos aprendido a disfrutar de los paseos urbanos sin que me salga la vena “chunga”. He descubierto que en las calles, además de mucho ruido, hay un montón de experiencias que me relajan y que gracias a mi súper olfato no se me escapa ni una.
Aunque hay cosillas en las que tengo que mejorar me he convertido en un adulto equilibrado, simpático que conserva intactas sus ganas de seguir explorando el mundo.
Como participamos en el «Concurso del año Mr. Hueso 2023» y mi foto fue seleccionada para salir en el Calendario Mr. Hueso 2024, seré el prota del mes de mayo, así que ese mes tendré paseo grupal gratis en Zaragoza, apúntate para conocerme.
Y ese mes también harán un Paseos Felices en Teruel, donde lo han intentado varios años y es muy triste que nunca lo hayan conseguido por no haber el número mínimo de personas inscritas. No saben la suerte que tienen de que llegue esta actividad a su provincia y puedan aprender y entender mucho mejor las personas a sus perros y los animales disfrutar de una actividad para mejorar sus hhss y hacer nuevos amigos.